VIDEO: Jardineros en la Casa del Señor

La mayoría de los días en Santo Domingo, República Dominicana, son calurosos y con mucha humedad, lo cual produce que la temperatura se sienta más elevada, especialmente al realizar labores  al aire libre. Sin embargo, a pesar de estas circunstancias difíciles, propias del ambiente, para los hermanos que cada día trabajan en los jardines del templo, cuidar de ellos es una bendición, un trabajo que disfrutan y que trae consigo un sentimiento de  gozo al saber que quienes visitan la Casa del Señor, disfrutan de la majestuosidad de los jardines. Disfrute que trae paz a sus almas e invitan a  sentir el Espíritu.

Los templos no son solo lugares hermosos y sagrados por dentro, el exterior también refleja que estos son las Casas del Señor.

Cada mañana no es extraño ver fieles hermanos, uno de ellos con su sombrero grande de paja, que cuidan de estos bellos jardines, ellos están agradecidos por la oportunidad  que se les ha dado de trabajar embelleciendo los alrededores del templo.

“Para nosotros mantener los jardines del templo es algo especial,  es un privilegio saber que el Señor nos ha escogido de alguna manera para trabajar en Su Casa, y nos sentimos agradecidos ya que no todos tienen esta oportunidad”, expresó el hermano Máximo Jiménez, quien continuó diciendo: “Lo más importante para mí, al ir a mi trabajo cada mañana, es tener el Espíritu Santo conmigo. Él me indica todo lo que debo hacer y me ayuda diariamente en mis deberes. A veces yo he  estado trabajando fuertemente  y me he sentido cansado, pero al mirar a mi alrededor siento el Espíritu que viene de este edificio, y es como una brisa fresca que reanima mi cuerpo, y ya no siento más cansancio”.

El edificio del templo  de Santo Domingo tiene una extensión de 5,496 metros cuadrados de construcción  con un área de jardines de 11,200 metros cuadrados, extensión de terreno que es mantenida  por cuatro hermanos con mucha experiencia en esta labor. Sin duda que el mantener la belleza y la calidad de esta área requiere muchas horas de arduo trabajo, a fin de que todo el que visite el templo, y sus alrededores, pueda sentir que éste es un lugar especial que transmite tranquilidad, y la  paz que solo pueden ser encontradas en lugares sagrados como éste.

El hermano José Ramón Collado compartió: “Como jardineros del templo tenemos la meta de que cada persona que visita los alrededores del edificio del templo, miembro de la Iglesia o no, pueda sentirse maravillado con los jardines, y que vea que los mismos están perfectos, ya que sabemos que estos son los jardines de la Casa del Señor”.

Los jardines del templo brindan serenidad y paz.

El hermano Máximo Jiménez compartió: “En una ocasión mientras estaba trabajando, vi una hermana que maravillada observaba los jardines, al hablar con ella me compartió lo impactada que se sentía al contemplarlos y preguntó: - ¿Qué hacen para mantener los jardines tan hermosos? Al meditar en su pregunta pude sentir que es el Señor quien nos ha dado la gran bendición de tener los dones, y talentos necesarios, para poder lograr que los jardines de Su Casa luzcan espléndidos”.

El hermano José Ramón Collado agregó: “Los jardines son muy importantes, son una antesala al templo, porque también fueron dedicados. En ocasiones sirven de preparación a las personas  antes de entrar, pues siempre deberán pasar por los jardines”.

El gozo de servir en la Casa del Señor

“Aunque muchos, cuando nos ven,  puedan pensar que es un trabajo sin mucho valor,  como jardineros sentimos gozo y es un privilegio sagrado”, dijo el hermano Matías;  quien además agregó: “A pesar de que soy el mayor entre los que trabajamos como jardineros, el Señor me ha bendecido con mucha salud”.

Hermano Collado: “En ocasiones cuando vengo al templo como visitante y veo los jardines me digo: ¡yo trabajo aquí realmente, increíble, que bendición!”.

Un lugar sagrado

Al asistir al templo, y contemplar sus hermosos jardines, podemos meditar en las palabras expresadas por el presidente Thomas S. Monson en la Conferencia General de octubre del 2010:

No creo que haya lugar en el mundo en el que me sienta más cerca del Señor que en uno de Sus santos templos. Parafraseando un poema:

No creo que haya lugar en el mundo en el que me sienta más cerca del Señor que en uno de Sus santos templos. Parafraseando un poema:

¿Cuán lejos queda el cielo?

¿Cuán lejos queda el cielo?

Cerca se encuentra.

Cerca se encuentra.

En los templos de Dios,

En los templos de Dios,

queda justo en donde estamos.

queda justo en donde estamos.

¿Cuán lejos queda el cielo? Yo testifico que en los santos templos se encuentra muy cerca, puesto que es en esos lugares sagrados que los cielos y la tierra se tocan, y que nuestro Padre Celestial da a Sus hijos Sus mayores bendiciones'.

¿Cuán lejos queda el cielo? Yo testifico que en los santos templos se encuentra muy cerca, puesto que es en esos lugares sagrados que los cielos y la tierra se tocan, y que nuestro Padre Celestial da a Sus hijos Sus mayores bendiciones'.