Perseverar con fe

Elder Gamiette

Queridos hermanos y hermanas, a medida que sigamos adelante para lograr la visión del Área en nuestra vida personal, esforzándonos por llegar a ser autosuficientes, honrar el día de reposo, predicar el Evangelio, hacer nuestra historia familiar, asistir al templo y visitar al enfermo y al afligido, pronto nos daremos cuenta de que esto podría ser desafiante. El rey Benjamín en su discurso a los santos de su época dijo: “… mirad que se hagan todas estas cosas con prudencia y orden; porque no se exige que un hombre corra más aprisa de lo que sus fuerzas le permiten. Y además, conviene que sea diligente, para que así gane el galardón; por tanto, todas las cosas deben hacerse en orden”(1).

  1. Establezcan metas: Establecer metas y tender una mano para lograrlas es una parte esencial para nuestro progreso en la vida. Cuando se establecen metas que podemos comunicar a nuestro Padre Celestial, a nuestra familia y a algunos compañeros nos ayudarán a lograrlas. Un maestro orientador o una maestra visitante nos pueden ayudar a mantenernos enfocados en la tarea. Una meta para que sea en realidad una meta debe ser escrita y revisada con regularidad. Elijan metas que les ayuden a esforzarse, pero que sean asequibles. Ustedes deber ser capaces de medir el progreso y rendir cuentas a alguna persona en la cual confíen.
  2. Ejerzan la fe en Cristo: Sus mejores compañeros son el Padre Celestial y el Salvador. Al establecer metas significativas y justas, Ellos les ayudarán a lograrlas si los hacen partícipes al pedirles con regularidad consejo, ayuda y apoyo para lograr las bendiciones deseadas. Me ha impresionado cómo mi Padre Celestial y Su Hijo, Jesucristo, participan en las metas que establezco, las cuales parecerían triviales: Yo deseaba correr en una competición de triatlón, pero todas se realizaban en domingo, y así que empecé a entrenar, pero nunca pude encontrar una en la que pudiera participar. Mantuve mi meta y guardé con fidelidad el día de reposo; finalmente, un día, después de tres años, se me ofreció un boleto de avión para ir y correr en un Triatlón que se organizó en un día sábado. ¡Fue un milagro para mí! Me di cuenta que el Padre Celestial estaba atento a muchos detalles de mi vida y que había visto tanto mi determinación como mi fidelidad. Él dijo: “Yo, el Señor, extendí los cielos y formé la tierra, hechura de mis propias manos; y todas las cosas que en ellos hay son mías. Y es mi propósito abastecer a mis santos, porque todas las cosas son mías”(2). Todas las cosas son suyas y Él bendecirá a Sus santos con todo lo que necesiten y aún más. Atrévanse a creer, a soñar, por lo general, el Padre Celestial tiene mayores sueños de lo que ustedes imaginan. Ninguno de nosotros puede comprender la magnitud de Sus promesas de inmortalidad y vida eterna. Eso es más grande que todos los sueños que podamos tener de manera colectiva, pero es la intención de Él el brindarnos bendiciones como resultado de nuestra diligencia y fe. Disfruto de la frase: “Si crees que puedes o que no puedes, estás en lo correcto”. Todas las cosas son posibles con paciencia, perseverancia e inspiración con la ayuda del Padre Celestial.
  3. Procuren comprender la voluntad de Dios: Después de recibir la remisión de sus pecados, Enós deseaba orar por los lamanitas para que se convirtieran. Luego de muchas oraciones e intentos de traerlos al rebaño del Señor, él recibió la promesa de que sus anales serían preservados, y que, en un tiempo posterior, los lamanitas serían llevados al conocimiento de Dios. Enós se regocijó en la bendición futura de comprender el plan de Dios y la necesidad de tener más tiempo para la conversión de los lamanitas. Si podemos entender la mente y la voluntad de Dios al establecer Sus metas, entonces: “Cualquier cosa que pidas con fe, creyendo que recibirás en el nombre de Cristo, la obtendrás”(3). Entonces, pedir en el nombre de Cristo significa estar alineado con la voluntad de Dios, no solo terminar nuestro pedido en el nombre de Cristo.
  4. Su fe será probada: El Señor declaró el objetivo de esta vida cuando señaló: “Y con esto los probaremos, para ver si harán todas las cosas que el Señor su Dios les mandare”(4). Las bendiciones siempre vendrán después de la prueba de vuestra fe. La perseverancia, la resiliencia, la actitud positiva y el aferrarse a las promesas que han recibido por medio del Espíritu Santo les ayudarán a perseverar en las pruebas necesarias. Estas les permitirán progresar, aumentar sus habilidades, fortalecerlos para las bendiciones más grandiosas que solo se pueden recibir después de la prueba mayor de fe. Yo creo que el Señor utiliza todos los aspectos de nuestra vida para aumentar nuestra perseverancia: en los deportes, el trabajo, las relaciones, la familia, todas forman parte de lo que Él emplea para probar nuestra fidelidad. Aférrense a lo que ustedes conocen que es correcto y verdadero. Busquen al Señor en lo profundo de sus dificultades y regocíjense en cada respuesta que reciban.
  5. Renueven sus convenios cada semana para que a la vez se renueve su fortaleza: Mientras estaba en la competición de Triatlón, que mencioné anteriormente, el calor era insoportable al manejar la bicicleta, e incluso peor al correr. Cada vez que tomaba un vaso de agua, de manera cuidadosa, me las arreglaba para asirlo y beber de él, esperando con ansias hasta el próximo vaso. Me di cuenta que la Santa Cena es muy parecida a eso: al establecer metas, debo ser renovado al participar de la Santa Cena hasta que pueda alcanzar la bendición deseada. Esto podría ser el por qué el Señor dijo en cuanto a las bendiciones que provienen al guardar el día de reposo: “De cierto os digo, que si hacéis esto, la abundancia de la tierra será vuestra, las bestias del campo y las aves del cielo, y lo que trepa a los árboles y anda sobre la tierra; sí, y la hierba y las cosas buenas que produce la tierra, ya sea para alimento, o vestidura, o casas, alfolíes, huertos, jardines o viñas”(5). Esas bendiciones vendrán a aquellas personas que establezcan metas en el nombre de Cristo y perseveren en renovar sus convenios.

Ruego que el Señor nos bendiga en el establecimiento de Su reino, para que Su voluntad sea hecha en la tierra como se hace en el cielo, a medida que procuremos establecer metas en el nombre de Cristo y perseveremos en la renovación de nuestros convenios.

Referencias: (1) Mosíah 4:27, (2) D. y C. 104:14-15, (3) Enós 1:15, (4) Abraham 3:25, (5) D. y C. 59:16-17