Matrimonio por toda la eternidad: Un sueño hecho realidad

Matrimonio por toda la eternidad: Un sueño hecho realidad

Uno de los días más especiales en la vida de la hermana Dilcia Soto Pichardo de Tejeda fue el día que entró en el Templo de Santo Domingo, para ser sellada por el tiempo y la eternidad a su compañero.

“No podía creer que ese momento había llegado, que mi deseo de entrar en la Casa del Señor con un hombre virtuoso y digno poseedor del sacerdocio se había vuelto realidad.”

La mañana del 15 de febrero del 2014  fue especial y llena de emociones encontradas para la hermana, ya que dentro de unas horas no dependería su vida solo de ella, sino que estaría ligada a alguien más por toda la eternidad, sabía que el compromiso a realizar no era solo con su esposo sino que el mismo involucraba al Señor. Este convenio con Dios requeriría mantener en su corazón los pensamientos de que el paso de unirse a otra persona por toda la eternidad no solo significaba entrar al Templo, salir y llevar una vida normal, sino que era un compromiso mayor que hacía de apoyar, ayudar, abrazar, sostener a su  esposo y perseverar juntos hasta el fin para alcanzar el mayor de sus sueños, “La Vida Eterna”

“Al realizar todas las ordenanzas personales en el Templo sentí en mi corazón algo más allá de cualquier sentimiento mundano o felicidad temporal, el cual llenó mis entrañas, afirmando en lo más profundo de mi ser la veracidad de las cosas que estaba llevando a cabo en ese lugar tan sagrado. Saber que tengo la oportunidad de heredar la gloria  celestial y alcanzar la exaltación es un gozo que me hace sentir plena.”

Al pasar al momento más esperado, el  sellamiento, la hermana comentó: “! Que gozo es sentir paz! Nunca pensé que el ser obediente al Señor traería a mi vida tanta paz como la que sentí en ese día. Sabía que el paso que estaba dando era sagrado y que tendría que realizar esfuerzos constantes en la tierra para mantener esta unión, pero sin duda alguna en mi corazón acepté ese reto de compartir lo que soy con el que ahora es mi esposo.”

Para el hermano Jesús Noel Tejeda, realizar sus investiduras personales y sellarse a la hermana Dilcia fue la experiencia más sorprendente y especial que ha tenido en toda su vida.

“Los convenios del Templo han llenado mi vida de esperanza, paz, felicidad y gozo, nunca había vivido una experiencia igual, ahora tengo la certeza, convicción y seguridad de que estos sentimientos no hubiesen sido los mismos si mi matrimonio no daba inicio en la Casa del Señor, estos sentimientos me han motivado a compartir con otros mi testimonio del matrimonio eterno y de la obra del Templo.

“Testifico que el Santo Templo es la Casa de Nuestro Padre Celestial y de Jesucristo su hijo, lugar donde ellos moran y donde se siente su presencia al caminar por sus salones, es una casa de poder e inspiración que nos eleva y saca solo nuestros más puros sentimientos en los cuales nuestro Dios se deleita.”

“Ahora entiendo mejor el infinito amor que Nuestro Padre Celestial siente por todos nosotros, amor que nos ha invitado a sentir por otros.”

“Mi amor por la que hoy ya es mi esposa se ha elevado, me siento bendecido de El por darme a Dilcia Soto Pichardo como mi eterna esposa, la cual no dudo que será mi apoyo y sostén  en el camino de la vida.”